Siempre que una relación de pareja es infeliz, se intentan buscar infinitas soluciones. Terapias de pareja, largas conversaciones o incluso, hacer como que no pasa nada y vivir con esos problemas... Sin ser conscientes de que la solución podría estar mucho más cerca de lo que pensamos. Por ejemplo, en el contenido del minibar.
Sí, el alcohol podría ser la solución, o contribuir a solucionar, tus problemas de pareja. O eso creen los autores de un estudio publicado en la revista científicaThe Journals of Gerontology Serie B: Serie de Psicología, que rompe una lanza a favor de la capacidad del alcohol como pegamento de las relaciones sociales.
Según el estudio, las parejas que beben alcohol juntos tenían una relación menos degradada en el tiempo que aquellas que no lo hacían, y los resultados fueron “significativamente mayores entre las mujeres”.
Pero cuidado, tiene truco. Para que funcione como es debido las dos partes de la pareja tienen que beber. El estudio encontró que las parejas mayores de 50 años tenían mejores matrimonios si ambos bebían o ambas partes se abstenían de beber. Si uno de los dos miembros de la pareja se mantenía sobrio el matrimonio era más infeliz. Algo por otra parte completamente comprensible. A nadie le gusta ver a su pareja como una cuba mientras tú no has probado ni una sola gota.
El estudio encontró que las parejas mayores de 50 años tenían mejores matrimonios si ambos bebían o ambas partes se abstenían de beber
Para hacer el estudio, los investigadores encuestaron a 4.864 personas casadas que habían estado juntas un promedio de 33 años, dos tercios de los cuales estaban en su primer matrimonio. El estudio preguntó a los participantes cuántas veces por semana bebían y cuánto bebían cada vez. A continuación, los investigadores preguntaron también si los participantes encontraban a su cónyuge “irritante, crítico o demasiado exigente” y otras preguntas referentes a la calidad del matrimonio.
Los resultados mostraban que, en más de la mitad de las parejas ambos cónyuges bebían. Los maridos tenían mayor tendencia a beber que las mujeres y, particularmente para las mujeres, era un problema cuando uno solo de los cónyuges bebía.
“Las esposas que bebían alcohol encontraron una menor disminución de la calidad del matrimonio en el tiempo cuando el esposo también bebía, y una peor calidad en el matrimonio cuando el otro no bebía”, explicaba el resumen de los resultados.
“No estamos seguros de por qué está pasando”, declaró la doctora Kira Birditt de la Universidad de Michigan. “Pero podría ser que las personas que hacen más actividades juntas en su tiempo libre tienen mejor calidad en sus matrimonios”. “En otras palabras, beber podría no ser la única razón por la que las parejas se llevan bien”, explicó Birditt.
Aunque, como dice el estudio, que las parejas sean más felices no quiere decir que no tengan problemas. Los investigadores encontraron que, aproximadamente el 20% de los hombres y el 6% de las mujeres presentaban problemas con el alcohol.
Quizás la solución más efectiva —y sana— sea acompañar esa cerveza con una conversación interesante y sinceramente interesada en las opiniones —y las emociones— del otro. Puede que entonces la cosa sí dure
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